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- Torre de control (II)
On deuen ser es avantatges d'una torre que s'innova, si fa tants d'anys que es comprova que no veu es aterratges... Que en faixin una de nova sense baratar d'imatges. De s'antiga, si es renova, en podríem fer habitatges. Torre de control (II) . - Rebajar para revalorizar
Las rebajas son la piedra filosofal del capitalismo, porque revalorizan el mercado a la vez que crean necesidades de consumo (de consumir más allá de nuestras posibilidades), y por tanto, de nuevas rebajas. Nada es gratis, todo tiene su precio. Pero cuanto más se rebaja algo, persona o mercancía, más se revaloriza desde el punto de vista contable, que es el que cuenta. Y viceversa, porque en ocasiones, como es el caso de los sueldos, revalorizar también equivale a rebajar. El valor añadido suele consistir en eso, y siendo así las cosas, cada año por estas fechas (tiempo de rebajas) me pregunto por qué las rebajas oficiales se reducen a ciertas fechas, y a un corto número de productos de poca monta, tales blusas, camisetas, paraguas y electrodomésticos (lavadoras, ordenadores, móviles), cuando en la vida real, y si como decimos rebajar es el cogollo filosófico del capitalismo y su motor económico, todo debe rebajarse siempre, y se rebaja. La política, la justicia, el lenguaje, la salud pública, la - La bondad de los Magos de Oriente
En misivas anteriores, me refiero repetidamente a que en mi infancia pedía un hermanito, jamás me hicieron caso. No pedía lo clásico lo que piden los niños/as. Por el contrario me fueron dejando junto al zapato juguetes que agradecí, muñecos, cazuelas, ollas y cuanto podía desear para engrosar el menaje de la cocina de madera, también obsequio de aquellos tres Reyes, según me daban la sensación. El 6 de enero de 1949 disfruté de mi encuentro frente a los zapatos de la familia, al descubrir un nene de cartón piedra, parecido a un bebé «de verdad», envuelto en una pieza de lana. Con su pelele a cuadritos rojos y blancos, en su pecherín un bordado a punto de cruz. Una blusita blanca, calzaba patucos, en fin algo precioso. Años más tarde me enteré que todo ello fue obra de mamá Teresa y su sobrina Antonia Ruzafa Valverde. Pasó el tiempo y dejé de escribir pidiendo cosas inútiles. Giré la tortilla hacia los necesitados, no crean que me había vuelto una chica buena. No. Más sensible diría - Na Gari, una mestra en blau
Na Gari es jubila. Hi ha mestres, hi ha bones mestres i n’hi ha d’excel·lents. Na Gari està habitada per la bondat i una intel·ligència poc comuna. Estima la cultura i se’n nodreix amb avidesa: lectora apassionada, amb interessos musicals molt treballats i compartits així com una gran sensibilitat per les arts plàstiques. La bondat humana exigeix conjuminar afabilitat, tendresa, cura dels altres, bona atenció, fraternitat, escolta, empatia, serenor, generositat, disponibilitat, etc. Concordar aquestes aptituds exigeix que la intel·ligència surti de la minsa geografia de l’ego. Així disminueix la cerca dels interessos personals a canvi que l’altre pugui ampliar els seus i facilitar que la felicitat pugui desembarcar a la seva vida. Més que conduir al seu alumant, na Gari coopera amb ells i així aquests senten que poden arribar a ser com els agradaria ser. No hi ha didàctica més potent que aquesta magnitud cooperativa. Així en el grup s’instal·la el sentiment de pertànyer a una trib - La metáfora del gallo
Arrogante, orgulloso, altanero, desafiante y agresivo, el gallo, Gallus gallus domesticus, se planta ante el fotógrafo con desfachatez, no se amilana ante nadie, infla el pecho, eriza la cresta y posa en el objetivo su mirada macarra. Es en muchas mitologías símbolo de la vigilancia, en muchas culturas estandarte de guerra, guardián del alba, que anuncia la victoria del nuevo día tras la batalla nocturna, que se obceca en ella y que la pregona con ese quiquiriquí estridente que vete a saber por qué se ha dado en llamar canto. Su petulancia tiene algo de patética, de ridícula incluso, después de milenios domesticado, impedido en sus antiguas habilidades de vuelo, condenado a un simplemente posarse sobre algunas ramas para salvar su sentido de la superioridad, pero sin capacidad alguna ya de sobrevolar nada, anclado a ese gallináceo desplazarse por la vida lleno de ínfulas que tanto recuerda a algunos seres humanos, si se me permite la metáfora.