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- Va por la Sanidad Pública
Esta semana, por suerte, me ha tocado disfrutar. Sí, disfrutar de la tantas veces vilipendiada Sanidad Pública (variante de gestión: pública), esa en la que, incluso, a veces, son agredidos sus profesionales (en 2024, más de 17.000; un 16 % más que en 2023). Como de legionario no tengo casi nada, estuve el miércoles, hasta más allá de su ocaso, así como ausente de cualquier noticiario –pocas veces, si alguna, animan– en solidaridad con el ayuno mantenido, desde la cena del martes, por mi fiel e íntimo Mr. Barret que tenía que hacerse una gastroscopia a dicha hora. Fuimos acompañados de mi hija, y ambos, mi hija y yo, vimos con qué delicadeza fue atendido Mr. Barret tanto en su espera como en la prueba en sí, como bien reflejaron su temple y semblante una vez terminada aquella. Salimos del hospital (HuLe) comentando cómo le había ido la prueba y, contra toda recomendación médica, fumando Mr. Barret y yo mientras los tres mirábamos el complejo hospitalario y comentábamos la suerte que repre - Navidad en Almanza
Poco a poco se va acercando la Navidad –la venida del mesías, el nacimiento de Jesús; que es, en definitiva, lo que celebramos–, para la que nos preparamos en este tiempo de Adviento. Belenes, árboles, ramos, adornos, luces… transforman nuestras casas… y también las calles de ciudades y pueblos, que cuidan cada vez más su decoración en esta época. Hace ya unos años que Almanza –a unos 60 kilómetros al este de la capital leonesa– decidió apostar a lo grande por la iluminación navideña. Y ha resultado todo un éxito; no en vano fue reconocido como 'Pueblo Europeo de la Navidad 2024' por la Red Europea de Ciudades Navideñas. De hecho, se ha convertido en un referente, recibiendo miles y miles de personas. Merce y yo –y Sirius– estuvimos el otro día –y hasta tuvimos ocasión de saludar al alcalde, Javier Santiago, el gran artífice de esta iniciativa– y no es para menos. Si tienes ocasión, no dejes de acercarte. Y es que si, ya de por sí, merece la pena visitar Almanza en cualquier - El valor de la calma: lo que los mayores de León me enseñaron
Desde República Dominicana viajé a la ciudad de León en el 2015 para estudiar en la Universidad de León. Mientras preparaba mi viaje, muchas personas me dijeron que León era una ciudad con pocos jóvenes, esta fue mi experiencia con los adultos mayores de la ciudad de León. En la segunda semana de septiembre la Universidad de León coordinó una actividad donde mostraba a todos los estudiantes internacionales las actividades extracurriculares que podríamos realizar durante nuestra estadía en la ciudad. Mientras mis amigos se enlistaban para jugar voleibol o lucha leonesa, yo decidí inscribirme como voluntaria en 'Alzheimer León'. Yo no era fisioterapeuta ni médico, pero deseaba invertir mi tiempo en ayudar a los demás. En 'Alzheimer León' me recibieron con receptividad. Me ocupaba de organizar cajas, distribuir el material para habilidades motoras y, a veces, leía a los adultos mayores. Recuerdo una señora que siempre me sonreía cuando yo usaba unos aretes que tenían una rosa negra con dorado. Po - "Me ofrecieron ir a Madrid pero dije que no, que yo quería hacer mi proyecto en León"
El neurocirujano ponferradino José Manuel Valle Folgueral recibió el pasado jueves la Castaña de Oro de la Fundación Prada a Tope, un galardón que reconoce cada año la labor de personas e instituciones comprometidas con la defensa y promoción del Bierzo. Los patronos de la Fundación decidieron concederle el premio, según explicó José Luis Prada en el acto, por "su trayectoria para buscar sin fronteras la mejor formación del mundo en neurocirugía, pero sin renunciar a su tierra". El jurado destacó especialmente la apuesta del médico por desarrollar en León técnicas pioneras que han permitido iniciar la puesta en marcha del Instituto de Patología Compleja de la Columna, un proyecto que será un punto de encuentro para pacientes de todo el país y más allá, buscando soluciones definitivas a sus problemas de columna. "Hace años me ofrecieron ir a Madrid con mi equipo de trabajo y mi filosofía de vida pero dije que no, que yo quería hacer mi proyecto en León". Con estas palabras queda clara la - Los niños de la guerra en la Transición
Fueron niños de la guerra, adolescentes en la posguerra, jóvenes en el franquismo y adultos en la transición, una generación que levantó discretamente, desde las ruinas, el país que tenemos. Fueron testigos infantiles del fracaso colectivo de la contienda civil y arrastraron, a lo largo de sus vidas, relatos estremecedores, imágenes imborrables de crueldad y recuerdos del hambre. Me contó mi padre que entraron en su escuela y les obligaron a gritar llamando a dios para que vieran que no respondía y que, por lo tanto, no existía; y, a los pocos meses, les ordenaban rezar de pie todos los días. De entre el odio de las dos Españas salieron sin levantar la voz, esperando mejorar, trabajando de lo que fuera, confiando en que sus hijos estudiaran como ellos habrían querido. En realidad, creyeron en la democracia cuando se acabó la dictadura porque se la recomendaba gente con estudios, personas que no eran ni militares, ni ricos, ni clérigos, ni revolucionarios, sino gente con estudios, como el profesor,
29/10/2025 