Noticias
- Del 'pan y circo' al 'leche y vaquilla'
Todos los años me ocurre lo mismo. Me cuesta varios días dejar atrás la resaca de Nochevieja. Eso sí, es una resaca un poco atípica, ya que no está provocada por la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas, sino por todo lo que rodea al circo de las Campanadas. Es triste, pero desde hace años echo de menos, cada vez más, a aquellos tiempos en los que sólo había un canal donde ver cómo el reloj de la Puerta del Sol nos daba entrada a un nuevo año. El espectáculo comienza semanas antes con la elección de los bustos parlantes elegidos por cada televisión, que llenan horas de tertulias y artículos de opinión, como si de verdad importara quién nos explique lo que son los cuartos y nos avise para empezar a comer las uvas en el momento correcto. Además, desde hace años tenemos el añadido de la vestimenta de la amiga Pedroche. Sin duda, una cuestión de Estado y que influye más en nuestras vidas que el Euribor. El problema es que es imposible abstraerse de este esperpento, ya que los medios de comun - Venezuela libre
Cada vez que cambiamos el calendario, es casi una actitud instintiva apostar por la esperanza, como si mudar de cifra abriese de par en par las ventanas para dejar entrar aire fresco, ilusiones renovadas. Los buenos deseos ponen el contador a cero y pensamos en cómo mejorar nuestras vidas, nuestro país, nuestro mundo. Mientras escribo esta columna desconozco qué pasará el día diez de enero y los siguientes. Escribo expectante, como muchas personas, con el corazón en vilo y el alma mirando a Venezuela. Ojalá los ciudadanos de Caracas puedan, como decía Bolívar, echar el miedo a la espalda y salvar a su patria, pero es complicado derrocar a un tirano. Complicado y peligroso, pues se corre el riesgo de que el animal vencido y acorralado se vuelva sanguinario y quiera «morir matando». El mundo no quiere sangre. El mundo solo quiere paz y justicia. Maduro tiene pánico, sino no se explican sus últimas acciones terribles, las torturas a tantos presos políticos, el secuestro del yerno de González Urrutia, - Gracias por venir
No sé si al resto del mundo le sucede lo mismo, pero a mí personalmente me enternece que un peatón levante la mano y hasta esboce una sonrisa cuando detengo el coche ante el paso de cebra para que pueda cruzar hacia el otro lado. Y qué me dicen de esas personas, que aliviadas te agradecen con unción, que les hayas indicado el itinerario correcto tras haberte preguntado tímidamente por una dirección, después de un rato de búsquedas desesperadas por la cabezonería infructuosa de una perversa indicación del Google Maps. No sé qué tienen las gracias, sean explícitas o sutiles, que te reconcilian con el prójimo si algún resquemor guardabas. Parece que fueron nuestros antepasados romanos los que acuñaron la expresión 'gratia', como sinónimo de favor, benevolencia y gratitud. Supone expresión de reconocimiento hacia un gesto que se percibe como un regalo entregado sin esperar nada a cambio. Será por este desprendimiento por lo que el gran Cicerón pudo afirmar que «la gratitud es no solo la mayor d - Leoneses (1)
Cayó el Gordo, o el Niño, o el Gordo sobre el Niño en León y no hubo celebraciones. Un cortejo de rostros sombríos y miradas de garduña. Los agraciados con enaguas de hilo y fundas de arpillera para esconder los billetes. Pero lo peor, lo ignominioso, horas después: alguien deslizó, con voz gruesa, que la pedrea había caído en Valladolid. - A la vuelta de febrero
Ya se asoma febrero, y con él, un soplo nuevo de vida. Un trasplante que espera, como el sol que regresa tras un invierno largo. Manu, campeón valiente, maestro en cada paso, tu lucha nos enseña a vivir sin miedo al abismo, a saltar al vacío con fe y a sonreír aunque el viento sople fuerte. Hay un ángel vestido de negro, un artista que dibuja esperanzas y sueños, que nos cuida desde algún rincón del cielo. Dice que todo saldrá bien, que los trazos aún tienen historias que contarte, y que el papel está listo para llenar de colores nuevos caminos, los tuyos, los nuestros. Prepárate, Manu, porque este febrero trae esperanza. El milagro está cerca, y tu luz es un faro que nos guía a todos, un recordatorio de que, incluso en las noches más largas, siempre vuelve el amanecer.