Noticias
  • El blues de Mario
    El lema de Mario es definitivo. No esconde florituras, segundas lecturas ni subjetivismos. «Soy pobre, pero soy feliz», dice, armónica en mano, a punto de tocarla sentado en el taburete que es su escenario. El micrófono delante, calibrado a la altura de una boca a la que le cuesta soltar palabras inteligibles. Un ictus y tres o cuatro afecciones más lo dificultan. «Soy pobre, pero soy feliz», sentencia la voz que se deshace de la torpeza al son de las melodías de Eric Clapton o B.B. King. Hace dos días me enteré de que esa voz, de que ese lema, ya no sonará más en este plano. De que esa música se ha desvanecido. De que Mario canta desde hace un par de meses sobre las tablas del teatro que –seguro– abre el telón ante su llegada en el mundo de los muertos. No muchos le conocerán. Si acaso los pocos que se animaron a leer el escueto relato de toda una vida que hace poco más de un año salió entre las páginas de este periódico. Hablaba entonces efusivo dentro de sus limitaciones. Soltaba bendic
  • Separación de poderes e indultos
    Me imagino que el filósofo francés Montesquieu, considerado el padre de la separación de poderes, estará observando con incredulidad lo que está pasando a ambos lados del Atlántico. Su idea de que los poderes legislativo, ejecutivo y judicial funcionaran como un sistema de pesos y contrapesos, evitando que ninguno de ellos mandara sobre el resto, es en la actualidad una quimera. Pecaríamos de ilusos si dijéramos que ha habido una democracia tan perfecta e la que la separación de poderes funcionara a la perfección. Pero igualmente, nos convertiríamos en necios si no reconociéramos que en la actualidad se está corrompiendo sin compasión dicha separación de poderes, base fundamental sobre la que se debe apoyar un sistema democrático. Montesquieu recoge en su libro 'El espíritu de las leyes' los decretos de gracia, que hoy conocemos como indultos. Pero la esencia de esa medida excepcional dista mucho de cómo últimamente se está empleando, siendo un claro exponente de la intromisión descarada del
  • Susto o muerte
    Cada vez es más desagradable digerir las noticias. Últimamente se han convertido en material explosivo en manos de custodios sospechosos, ya no sabemos de quien fiarnos a la hora de elegir verdad o mentira, certeza o bulo. Al PSOE cada vez le cuesta más aprobar partidas presupuestarias aun cuando se trate de medidas muy sensibles que amparan a sectores sociales dependientes del Estado. Bueno, ¿y quién no depende de ellas en este momento? Diría que muy pocos. Nos han acostumbrado a la pobreza, a pedir ayuda para todo; si encima se deniegan sería lógico esperar una auténtica revolución. Junts y PP no quisieron aprobar el Ómnibus porque no contenía solo propuestas como la revalorización de las pensiones, es como ir a comprar tres refrescos y que te obliguen por ley a llevarte también vodka y gaseosas. ¿Hay que tragar con todo? Con España conteniendo la respiración, Sánchez sudó la camiseta y llegó a un acuerdo in extremis con Puigdemont, que sigue bastante enfadado en Waterloo. El hombre no acaba
  • Flow
    Un enigmático y huidizo gato negro de ojos amarillos y enormes pupilas contemplativas; un delicioso golden retriever, sediento de aceptación, amigable y juguetón; un capibara plácido, glotón y cachazudo; un primate acaparador y vanidoso de la especie de los lemures de cola anillada, encadenado a un espejito de mano del que no se separa ni un instante; y un secretario celestial, timonel envuelto en un halo de misterio, tan blanco como las plumas que lo adornan y que recuerda a tiempos prehistóricos, al igual que la enorme ballena que los acompaña de manera inquietante, conforman la forzosa tripulación que navega a bordo de una barca, que a modo de Arca sin Noé, deambula sobre un mar continuo. Ningún humano a la vista, las aguas parecen haberlo engullido todo. Desde el inicio sientes que estás ante una propuesta diferente que te va seduciendo fotograma a fotograma, quizá porque está dotada de esa simplicidad que rodea a las cosas con encanto. No son las imágenes perfectas e impolutas diseñadas por un
  • Los cinco museos faberenses cierran el año con más de 11.000 visitas
    El Pozo Julia, el Economato de Lillo, la Escuela del Ayer, el Aula del Carbonífero y la Casa Minera superan en 1.420 las visitas del año pasado y alcanzan las 11.028, contabilizando también actividades, conciertos y talleres que se hacen en cada uno de ellos. Chencho Martínez es el que lleva esas cuentas. Ex minero, desde 2019 va sumando, siempre sumando, cada vez más visitantes y le sorprende que, en estos años se haya pasado de los 4.000 a los 11.000. El atractivo fundamental para los visitantes es el pozo Julia, la explotación de Antracitas de Fabero, cuya construcción se inició en el año de 1947. Cuenta con un pozo vertical de tres plantas, que alcanza los 275 metros de profundidad, al que se accedía por un castillete con ascensor. Fue un pozo innovador, que introdujo el sistema de arranque mediante cepillo en España. Su cierre se produjo en 1991, y ahora es un punto de referencia para los turistas que, desde él "ven lo que era la vida en la mina". Reconoce Chencho Martínez que todos coinciden e