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- Por qué la Sierra de Gistredo no es sitio para eólicas
El presidente de la Asociación de Amigos de los Montes Aquilianos y autor de las Rutas del Bierzo de 9 a 1, además de enamorado de los paisajes bercianos, Francisco Arias Ferrero, no ha querido quedarse al margen del proyecto eólico que Repsol ha proyectado para el Alto Bierzo y, aunque ahora el Gobierno lo deniegue, en una de sus patas, ha presentado las alegaciones pertinentes en el procedimiento administrativo contra esa infraestructura ante la Subdelegación del Gobierno de León y a la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. En el proceso de información pública de las solicitudes de autorización administrativa previa y del estudio de impacto ambiental de las instalaciones eólicas «El Páramo» y «Ampliación El Páramo», de 92,4 y 50,88 MW de potencia instalada, respectivamente, y sus correspondientes infraestructuras de evacuación, las dos que aún se mantienen, expone como causas para que el proyecto no se instal - Una lanza por la obispa Budde
Avaaz es una red global de 70 millones de personas que trabaja para generalizar que las opiniones y valores de la gente moderen los procesos de toma de decisiones a nivel mundial. Me uno a ella y agrego mi opinión al texto que, respecto a Donald Trump, acabo de recibir de esta red global. ¿Hay quién ose plantarle cara al recién entronizado y delincuente mandamás de los Estados Unidos en su intención de expulsar del país a millones de inmigrantes, pero con muchos años de asentamiento en él, trabajando y pagando rigurosamente los impuestos? Pues, sí lo hay. La obispa estadounidense Mariaan Edgar Budde le ha plantado cara a Trump con muy buenas palabras durante un sermón en la Catedral Nacional de Washington. Como consecuencia de su discurso pidiéndole al presidente Trump compasión para quienes en la actualidad tienen miedo de ser repatriados a sus países de origen, la obispa ha recibido fuertes críticas, incluso amenazas de muerte. Pensando en ello, se me ocurre establecer una comparación. Si la int - Trescientos botilleros en la cuenca minera, con Manuel Rico
Cuenca minera, frío y el olor a la cocción lenta del embutido rey fueron las mimbres desde las que despegó el XXVII Festival del Botillo de Fabero, en el recinto ferial Tomás Bañuelos. Una cita emotiva, familiar, pese a seguir marcando un tope de ocupación con todo el aforo completo y 300 comensales botilleros llamados a no perderse la cita. La Asociación de Jubilados y Pensionistas 'El Cangalón' vuelve a estar detrás de una cena que quiere crecer y que va a intentar conseguir ser declarada de Interés Turístico Regional. Tiene requisitos para ello, sobre todo por el seguimiento social que cada año atesora. Y, como cada año, en la mesa presidencial alguien a quien aplaudir y a quien acercar a la cuenca faberense. En este caso fue el periodista berciano Manuel Rico, director de investigación de InfoLibre en la actualidad el que no quiso dejar de probar el plato estrella, para compartir con él su protagonismo. Rico cogió el relevo del faberense Rodrigo Gavela, ex-maratoniano de élite, que el año pa - Fatos y patibularios
El siempre añorado Lolo tenía una palabra que abarcaba a todo el amplio espectro de lo que hoy llamarían seres tóxicos o cosas así que en el bar, en las paradas técnicas de la partida de tute para reñir, igual no las entendemos del todo. Y Lolín decía, «fatos», sin necesidad de más. Y ya se entendía. Es más, el diccionario castellano/lleunés que estábamos escribiendo ya habíamos llegado a esa palabra y decía: - Fatos: En lleunés fatos. («Más o menos como los carteles de las calles», dice el fato que siempre se me sienta al lado para llevarme la contraria). El antecedente de Lolo fue Enrique Zapico, de Canseco, de los Fernández Llamazares de toda la vida, que así se apellidaba de segundo. Él tenía otra palabra con más prosapia pero igual de universal: «Patibularios». Llevaba Enrique al Bar con TV Iberia, miraba de soslayo a la fauna que había dentro de aquella televisión de mamachichos y se preguntaba: «¿Qué habrá sido de Félix Rodríguez de la Fuente? En la mi televisión no sa - Preparen, que algo queda
El acto de dar clase es a la vez un privilegio y un desafío que ningún gañán debería subestimar en ninguno de los dos aspectos. Dar clase es un privilegio porque supone disfrutar de un púlpito desde el que transmitir recibiendo un nivel de atención alto (por lo menos de primeras) para lo cara que se paga aquella hoy. Y ha de respetarse porque lo dicho y hecho puede tener un efecto directo en el público, lo que no es baladí («es nacional, no es cualquiera» que diría el vecino aquel de Móstoles hablando de Casillas durante su anterior pico de atención mediática). Dar clase es un desafío porque no es una actividad sencilla ni natural. Enseñar requiere seguir unos pasos o un pequeño método, más allá de toda la libertad de cátedra que se quiera reivindicar. La cosa empieza con los preparativos. Preparar la clase es eso que señalan los docentes como trabajo invisible pero esforzado siempre que alguien les recuerda que el número de horas lectivas que dan no cubre ni la mitad de la jornada laboral