Portada del periodico La Nueva Crónica:
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Noticias
  • L y LXXX aniversario (tardío)
    El olvido es uno de los defectos más comunes del género humano. Y unas veces se practica de forma inconsciente y otras no tanto. Sobran los ejemplos. Pero es así. En León sería interminable la lista de los ignorados, quienes, en su momento –y hay que referirse ahora a tiempos cercanos– aportaron su puñado de arena –que no grano– en diferentes campos y de distintas formas. Uno de ellos –y sobra la murga de los anti– ha sido un torero de Astorga (y, por lo tanto, de León), oriundo del pueblecito de La Carrera, localidad adscrita al cepedano municipio de Villaobispo de Otero. Un 'coleta' batallador y serio. Honesto. De los que cada tarde se vaciaban cuando se vestían de luces y hacían el paseíllo. De los que no se les suponía el valor, porque lo tenían y lo expresan hasta la temeridad. En lenguaje taurino, 'como para parar un buque'. Le nacieron con el acotamiento de Avelino de Abajo de la Fuente y acabó anunciado, en los carteles, como Avelino de la Fuente. Sin más. Y en este año de 2025,
  • Carmen Martín Gaite cumple cien años
    Mañana día 8 de diciembre se cumplen, ni uno más ni uno menos, cien años del nacimiento en Salamanca de Carmen Martín Gaite, fallecida en Madrid el 23 de julio del año 2000 a consecuencia de un cáncer de hígado. En 1953 contrajo matrimonio con el también escritor Rafael Sánchez Ferlosio –hijo del escritor falangista Rafael Sánchez Mazas, exministro de Franco– del que se separaría en 1970. Si no fue muy prolongada su vida matrimonial tampoco fue afortunada la maternal. Miguel, su primer hijo, falleció de meningitis con solo siete meses de vida. Su hija María murió de sida a los 28 tras inyectarse heroína con agujas infectadas de este virus. Conocí a Carmen Martín Gaite por los noventa y de casualidad en la Librería Portonaris de la Rúa Mayor, en Salamanca, siendo yo entonces profesor en la Universidad salmantina. En dicha librería intercambiamos algunas palabras. Me pareció una persona agradable en suma por su verbo y sencillez. Curiosamente, me unía a ella ser licenciado en Filología R
  • Tijeritas
    Lo que sigue es nada menos que la semblanza de un peluquero de personalidad heroica. Una especie de héroe anónimo en potencia. El que es mi tijeritas desde hace un lustro tiene madera. No empieza mi consideración, pero se confirma, al saber que a pesar de que le provoca una considerable alergia, vive con un gato que heredó de seres queridos que le faltan. Quién dijo miedo habiendo corticoides y antiasmáticos a cholón. No contradice la impresión que, mi noble tijeritas, por mucho que le crujan a impuestos y subidas de alquiler descontroladas, no busca el lugar común de la crítica al político ya vilipendiado sino que prefiere charlar sobre series y personajes televisivos que le conmueven. Otra cosa es que la Marvel le tenga sorbido el seso una miajita, pero él ya sabe que tiene que trabajar este detalle. Lo que efectivamente me reveló su condición heroica fue verle perseguir, solo para recriminarle sus intenciones, a un descuidero de muy imponente mala vela que andaba al quite de unos patinetes aparca
  • Caverna
    Yo también he sido uno de esos prisioneros de Platón. No de los que añoran la salida al exterior, sino de los que se acomodan en la piedra, cruzan las piernas y empiezan a comentar las sombras como si fueran la verdad definitiva. «Es ésta una extraña escena y unos extraños prisioneros», dice Glaucón a Sócrates, y yo asentía sin darme cuenta de que hablaba de mí: atendiendo a perfiles ajenos como si fueran personas, dando por buenos los destellos de un algoritmo que confundo con ideas propias, celebrando con entusiasmo infantil cada nueva distorsión proyectada en el muro. Quizá porque en mi adolescencia había cavernas más sencillas: el salón con luz ámbar, la tele única, cuatro canales y la certeza de que aquello era la realidad. Hoy las sombras se han multiplicado de manera obscena. Basta deslizar el dedo para que aparezca un nuevo profeta de gimnasio, un político chillón o un chiste que sólo entiende un tipo en Wisconsin. Y uno sigue ahí, cómodo, opinando sobre una penumbra que nunca estu
  • Tuna
    Hace unos días, como parte de la orgía del Black Friday, el gobierno autonómico declaró la tuna Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial. Al parecer, por su valor histórico y social. Continúa así en la línea de lo que en febrero de 2024 perpetró con la llamada Pirámide de los Italianos, un monumento fascista sin ningún valor artístico ni arquitectónico, un insulto a la historia y a la memoria. De seguir por ese camino, no tengo dudas de que antes de que concluya la legislatura el siguiente eslabón en el oprobio cultural será el Toro Jubilo de Medinaceli. Contrastan estas frivolidades y vértigos en los trámites administrativos para otorgar etiquetas a lo que sea que pase por la cabeza del Consejero con lo padecido por la ciudad de Ponferrada, que consiguió el reconocimiento también el pasado mes de noviembre, cincuenta años después de que se instara una primera solicitud al efecto. Pirámides y bandurrias son preeminentes, no cabe duda, a pesar del patrimonio histórico y artístico q