Portada del periodico La Nueva Crónica:
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Noticias
  • Adolescencia y obsolescencia
    Cuando irrumpe la policía en la casa de los Miller, ellos están durmiendo plácidamente: el matrimonio y sus hijos; la joven Lisa y su hermano Jamie, un jovenzuelo de trece años de aspecto angelical. Resulta imposible creer que tan cándido rapaz, haya sido capaz de cometer fechoría alguna. Pero el niño es detenido sin contemplaciones mientras la familia, perpleja, se frota los ojos. Luego todo se precipita, se suceden personajes protectores, psicólogos que interrogan, adultos responsables que pretenden preservar su estabilidad emocional. El menor que no hace sino reiterar: «Yo no he sido». Y comienzan las pesquisas policiales para encontrar el arma homicida. Son, a vuela pluma, algunos de los acontecimientos de la serie 'Adolescencia', una de las más vistas en Neflix, que el corrector se empeña en tornar por «obsolescencia». Intrigada por la tozudez, buscó el significado del término: «Proceso por el que algo queda anticuado como resultado de los avances tecnológicos». Quizá deberían revisar la
  • Por fin, el sol
    Pese a lo que te hagan creer los agoreros, las Redes, los políticos, la verdad no está en sus palabras, ni en la podre de su discurso, sino en esta luz de abril que agasaja las rúas de León, los abanicos de encaje, la punta de la nariz de tu niño corriendo en el jardín. Llegará poco a poco el deseo y te veré en esa góndola que flota lacada en el río de mi imaginación.
  • Armados
    La primavera ha llegado a nuestras vidas puntual, como un reloj. Fue alcanzar en el calendario el 21 de marzo y ver florecer en tímida alegría el cerezo del jardín que mira a San Marcos. Ojalá todo en este mundo funcionase así de bien, sin intereses ni trampas, pero mucho me temo que la partitocracia y el orden político imperante tienen otros planes. El primero de ellos parece ser que es meternos miedo, mucho miedo, para que la angustia y la preocupación que implican sentirse a salvo nos impida ser críticos y pensar en lo que en realidad está sucediendo. La UE esta semana ha recomendado a la ciudadanía que prepare y tenga en casa un kit de supervivencia para 72 horas, que digo yo, ¿y después de esas 72 ya se verá si sobrevivimos y cómo? Quieren que almacenemos agua, comida y medicinas por si hubiera un conflicto bélico, una nueva pandemia o una catástrofe natural. Ustedes escojan el modo de encerrarnos y someternos, claro. Hablan de «rearme», aunque a Pedro no le gusta el término y dice que dig
  • ¿Memoria democrática o amnesia selectiva?
    En poco más de una década se cumplirá un siglo de uno de los episodios más tristes de la historia reciente de nuestro país. Cualquier conflicto bélico provoca un dolor y sufrimiento incalculable, pero este se multiplica exponencialmente cuando hablamos de una guerra civil. Las heridas que dejan este tipo de confrontaciones curan muy lentamente y no siempre acaban de cicatrizar correctamente, lo que puede incitar a repetir errores pasados. Gran parte de nuestra clase política ha utilizado y utiliza la Guerra Civil para despellejarse y saldar cuentas pendientes, convirtiendo este episodio tan nefasto en un arma arrojadiza más. Pero el motivo por el que hoy reflexiono sobre este asunto no es un exabrupto de algún político, sino la última película de Julio Medem, que tuve la suerte de ver y disfrutar esta semana. Dejando a un lado la vertiente más artística del filme '8', que según mi humilde opinión también es reseñable, quiero centrarme en la línea argumental de este trabajo cinematográfico y de
  • Los personajes del tío Ful: Peke, campeón de subir el mayo
    El último mayo que se ha pinado y subido en la montaña oriental, donde fue una tradición arraigada, ha sido en Lario y, como siempre en los últimos años, el aliciente para que los paisanos acudieran a disfrutar de esta costumbre de ascender un árbol pinado de alrededor de treinta metros de altura —sin ninguna ayuda más que las manos y las piernas desnudas— era decir que "irá Peke, ya nos ha dicho que sí". Y es que Juan Carlos Prieto, que así se llama Peke aunque casi nadie lo sepa, es una leyenda de subir el mayo después de ganar este viejo torneo en las últimas ediciones celebradas. Peke se resistía y los argumentaba: "Ya tengo 54 años y estoy muy trallado del trabajo, la espalda sufre...", pero el calor de la gente le animó y allí estuvo. "No debía ir y los nervios me jugaron una mala pasada. No desayuné, estuvimos a la espera de ver si se podía o no por la lluvia, tomé una cerveza para entrar en calor y después de media subida empecé a notar que me mareaba... y tuve que bajar". Pero c