Portada del periodico La Nueva Crónica:
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Noticias
  • Alegrías para el cuerpo
    Unos pies que golpean la tierra (el escenario) como si quisieran despertarla de un sueño. Unas piernas que se agitan: la vibración de los músculos, la rotación de los tendones, la elevación de los huesos, el empuje de la sangre en las venas. Unos brazos que se alzan hacia el cielo (a las luces sobre el tablao, soles extraños) y en los que las manos son seres acuáticos nadando en el aire. Palmas, guitarras, cajón. Cuenta la escritora maragata Violeta Serrano que cuando vivió en Barcelona se apasionó por el flamenco y quedó impresionada con la bailaora Violeta Barrio. Inspirada por ella creó a Candela, uno de los personajes principales de su primera novela, 'Hijas de nadie'. Candela es una gitana rechazada por su familia porque ama a las mujeres, Candela es una bailaora arrebatada y una amante arrebatada, Candela no es dueña de las palabras pero sí del cuerpo y con el cuerpo habla y grita y crea poemas en movimiento. Somos cuerpo. Y mucho más, pero cuerpo también. Hay una memoria del cuerpo y una in
  • Sin árbitro no hay democracia
    Como estamos en modo Eurocopa me van a permitir que utilice la jerga futbolística para describir lo que a mi juicio me parece una brutal hipocresía y una falta imperdonable de honestidad. Me refiero a lo que está pasando en nuestro país en relación a la Justicia. O mejor dicho y afinando el tiro, al comportamiento indecente que están protagonizando algunos políticos, opinadores y periodistas travestidos en comisarios políticos. Es inaudito tener que recordar que si nos cargamos al árbitro, el partido acabará a puñetazo limpio entre los jugadores, ya que sobre el campo habrá desaparecido la figura que representa la autoridad y que debe decidir cuándo un jugador comete una falta o un balón ha superado la línea de gol. Pues esto es lo que ocurrirá ineludiblemente fuera de los estadios de fútbol si algunos siguen en su empeño de cargarse a quienes dictan sentencia. Los hooligans de uno y otro fondo están enzarzados en desprestigiar a los árbitros con toga cuando sus decisiones no son beneficiosas
  • Desde el Olimpo
    Últimamente me ha dado por citar bastante a Bécquer, no crean que no me doy cuenta. Esta semana, leyendo a algunos compañeros columnistas, no pude evitar recordar sus palabras: «Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía». Seguramente muchos pensarán que en esta época lo que sobran son poetas. Abres cualquier ventana y asoman cien aspirantes a llenarnos el alma de palabras. La democratización de la cultura ha traído cierta confusión. Leemos y escribimos más que nunca, pero quizás de todo lo vertido en ese océano, muy poco es auténtico en esencia; sin embargo, la poesía sigue estando más viva que nunca, e interesa más que en otras épocas. No sé si esto significa que estamos en una Edad de Plata, pero la lírica ha vivido tiempos peores, sin duda. Parece ser que, desde el Olimpo, los pocos sabios que en el mundo quedan, los poetas «consagrados» (odio esta palabra), no opinan lo mismo. Sí, me refiero a Mestre y a Gamoneda. Lo han vuelto a hacer. Junto a Pilar Pallarés, han declarado d
  • Atento y el Mirador del Eterno Secreto
    Esto no puede ser no más que una columna, quisiera fuera una declaración de agradecimiento, sincera, sin reparar en cuestiones accesorias y banales, que como Pablo Milanés cantaba, «pongan freno a lo que siento ahora a raudales». Aunque sí me detendré en una preocupación vital para el futuro de algunas familias. Entono en primer lugar el mea culpa por el desasosiego que turbó mi paz. Una cobertura bailona que el jueves me tuvo en ascuas. Ahora sí, ahora no. Enfado monumental que me llevó a llamar al número de atención al cliente de mi compañía telefónica. Tras una marea de opciones que me enfrentaron a la soporífera dialéctica de una locución empeñada en evitar ponerme en contacto con un ser humano, conseguí contactar con una encantadora criatura: Yolanda. «Dígame por favor sus datos». «Matallana de Torío» por esa zona hay algunos puntos donde el 4G llega con dificultad. «La chica parece maja pero ya empieza disculpando la falta de cobertura», me dije , «me voy a quedar como estaba.�
  • Malos tiempos para la lírica
    Ya en los 80 no faltó quien consideraba que la mayor parte del magnífico pop que se escuchaba pecaba de comercial y frívolo, y que fuera del ámbito musical la poesía había entrado en decadencia. Entre ellos se encontraba Germán Coppini, que para expresar esta crítica tomó el título de un poema de Bertold Brecht y escribió la canción que da nombre a esta columna, una auténtica poesía existencialista musicalizada, aunque dudo que su público la percibiera como tal. Pero si Germán Coppini pensaba así del pop de los 80 ¿qué diría de lo que escuchan hoy nuestros jóvenes y adolescentes? Es cierto que esa música indefendible que acompaña letras aberrantes no es lo único que se produce actualmente, hay muchos grupos que consiguen grabar buena música, pero los medios de comunicación que padecemos los condenan a una suerte de marginalidad underground y algo freaky. Prefieren el reguetón y a Bad Bunny. En cuanto a la poesía, el panorama es aún peor. El Premio Internacional de Poesía Centenario d