Portada del periodico Menorca:
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Noticias
  • Que el absurdo tema veraniego de los ligues vespertinos...
    QUE el absurdo tema veraniego de los ligues vespertinos en una conocida cadena de supermercados haya sido aprovechado por otros establecimientos con menos presencia en los medios de comunicación para realizar su peculiar promoción, una estrategia que combina la oportunidad, el ingenio y el buen humor, que nunca viene mal en estos tiempos de riñas y quejas. QUE hoy sea un día especial para los aficionados a la pesca puesto que se levanta la veda del preciado raor, lo que ha generado que algún comercio se haya quedado sin gusanos para cebo. QUE una menorquina recibiera una carta esta semana procedente de Sevilla fechada el 3 de junio con ruego de respuesta antes del 25 de junio, un plazo vencido desde hace dos meses. QUE en pleno verano, el Ayuntamiento de Maó, y otros municipios, ya hayan iniciado la contratación del alquiler e instalación de las luces de Navidad para sus plazas y calles.
  • El progresivo éxodo de residentes en Balears a la Península
    El alto nivel de vida y el precio de la vivienda, cada vez más inasequible en Balears, acentúa una tendencia detectada hace ya meses: el éxodo de familias de las Islas hacia la Península para conseguir unas condiciones más asequibles. Un fenómeno que va in crescendo. Toda Menorca se ha contagiado de esta gran burbuja inmobiliaria y, por ejemplo, el alquiler de un piso que hace pocos años costaba 350 euros al mes ahora asciende a 1.200. Una cantidad inasumible para muchas familias. En Galicia y Asturias se pueden adquirir viviendas más espaciosas y con más terreno que en Balears por cantidades que aquí consideraríamos bajas. Es lógico que una parte de la población no tenga otra opción que emigrar en busca de un futuro mejor. Hay que añadir una circunstancia preocupante: entre estos exiliados se encuentran valiosos profesionales, desde médicos y funcionarios a emprendedores, policías nacionales y guardias civiles que no pueden costearse una vivienda digna en el Archipiélago o se niegan a pagar la
  • Preferiría no hacerlo
    El epígrafe de esta última ullastrina de la temporada corresponde a la legendaria frase de la novela «Bartleby el escribiente» del escritor estadounidense Herman Melville (Mobby Dick, entre otras obras), tantas veces repetida en la novela, que acabó haciéndose con la propiedad del título que ha pasado a la historia de la literatura. «Melville prefiere no escribir una novela cuyo narrador prefiere no hacer literatura acerca de un escribiente que prefiere no escribir», bromea José Luis Pardo, mientras, este humilde escribidor de ínsulas baratarias duda entre entonar un mutis por el foro o por seguir dando la tabarra. Si me estoy liando con el nihilismo de Bartleby es porque todos los años por estas fechas, cuando cierro la temporada de estas ingrávidas ullastrinas, me invaden las dudas metafísicas: «¿Seguir o no seguir?». Y en caso positivo, ¿cómo hacerlo? En otras palabras, pasar de politiquerías de trinchera, dejárselas a los lobos que pululan por el elenco opinativo, o participar en la gres
  • Benjamí Sintes: infància en una cova en temps de guerra
    Va obrir els ulls a la vida en el melic de la II República, en una casa àmplia i assolellada del Carrer Gran, 159, des Castell. Uns mesos més tard, però, la família, empaitada pels primers horrors de la Guerra Civil, s’hagué de traslladar a una cova de Cala Corb, fins llavors destinada a magatzem de barques. La criatura nounada rebé per nom Benjamí, fill de sabater i d’una antiga supervisora de qualitat del taller de gèneres de punt «Salinas y Sábat», havien format una família abraçada a la fe evangèlica. Les arrels religioses es remuntaven lluny, si més no als besavis. El pare era un obrer del calçat, conegut com a en Pepe Casat. El sobrenom es remuntava a dues generacions, quan un avi mercadalenc, Joan Capó Pons, fou conegut com a Joan Casat, per tal com permetia distingir-lo d’un company de feina que era Joan d’estat fadrí. Avui, quan els records personals s’acosten al mirador dels noranta anys, Benjamí Sintes escriu alguns capítols de la seva llarga vida. Ho fa armat de la se
  • El verdadero miedo
    Amigo lector, un año más, te escribo desde Chamonix, un lugar que me parece mágico, a los pies del imponente Mont Blanc, donde llevo trabajando toda la semana y aprovechando los escasos ratos libres para salir a correr por bosques y montañas. Y me apetece compartirte una reflexión sobre el verdadero miedo que comporta adentrarse en un bosque, a raíz de la experiencia propia. ¿Sabes? Es normal tener miedo. Es comprensible. Es incluso adictivo. Lo desconocido nos genera cierta inseguridad que, a su vez, nos empuja a descubrir qué nos espera, qué está por venir, qué nos depara el siguiente capítulo de la vida. A mí me pone, la verdad, no saber lo que me encontraré en un bosque lleno de niebla mientras el sol va cayendo, la noche avanza imparable, la aventura es más aventura y te empiezas a preguntar qué puñetas haces aquí y a quién querías impresionar. Pero dejas la pasión y la irracionalidad a un lado y ya en frío te recuerdas que estás donde estás porque es lo que te apetecía hacer y que